Hoy, a trece años de su asesinato no podemos dejar de recordarlo. Identificados con su trabajo de hormiguita, de bicicleta con alas, aún nos resuena su grito: "¡Bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo!". Y sí... bajen las armas. Ya no las necesitamos. Hoy todavía en los comedores y merenderos hay chicos comiendo, pero más que nunca también están jugando, creando, cantando, estudiando, pintando, bailando.
Gracias Pocho Hormiga:
Por tu trabajo
Por cuidar a los niños
Por tu juventud
Por tu bicicleta con alas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queridos y queridas compatriotas, déjennos sus comentarios, preguntas, sugerencias, saludos y abrazos